Cuenta Ricardo que este biguá intentó comer esta chanchita Australoheros facetus. La agarraba y soltaba tratando de acomodarla pero le fue imposible hasta que llegó el otro y también lo intentó sin suerte... Estas chanchitas pueden llegar a medir 30 cm. Flotó un rato hasta que volvió a hundirse sin saber como terminó la historia.
Cuenta Ricardo que este biguá intentó comer esta chanchita Australoheros facetus. La agarraba y soltaba tratando de acomodarla pero le fue imposible hasta que llegó el otro y también lo intentó sin suerte... Estas chanchitas pueden llegar a medir 30 cm. Flotó un rato hasta que volvió a hundirse sin saber como terminó la historia.
Cuenta Ricardo que este biguá intentó comer esta chanchita Australoheros facetus. La agarraba y soltaba tratando de acomodarla pero le fue imposible hasta que llegó el otro y también lo intentó sin suerte... Estas chanchitas pueden llegar a medir 30 cm. Flotó un rato hasta que volvió a hundirse sin saber como terminó la historia.
Los pescadores del muelle suelen tirar pescado a la costa. Ahí esperaban un biguá y un hocó. El biguá recibió una marieta Ossancora eigenmanni. Otros biguaes se acercaron. Estaba por comérsela, pero se la quedó un juvenil que se fue volando con la presa
Los pescadores del muelle suelen tirar pescado a la costa. Ahí esperaban un biguá y un hocó. El biguá recibió una marieta Ossancora eigenmanni. Otros biguaes se acercaron. Estaba por comérsela, pero se la quedó un juvenil que se fue volando con la presa
Los pescadores del muelle suelen tirar pescado a la costa. Ahí esperaban un biguá y un hocó. El biguá recibió una marieta Ossancora eigenmanni. Otros biguaes se acercaron. Estaba por comérsela, pero se la quedó un juvenil que se fue volando con la presa
Los pescadores del muelle suelen tirar pescado a la costa. Ahí esperaban un biguá y un hocó. El biguá recibió una marieta Ossancora eigenmanni. Otros biguaes se acercaron. Estaba por comérsela, pero se la quedó un juvenil que se fue volando con la presa
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Los pescadores del muelle suelen tirar pescado a la costa. Ahí esperaban un biguá y un hocó. El biguá recibió una marieta Ossancora eigenmanni. Otros biguaes se acercaron. Estaba por comérsela, pero se la quedó un juvenil que se fue volando con la presa
Con el penacho blanco en el postauricular presente en la época de reproducción
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