Eduardo nos cuenta que “estoy en el mirador buscando la viudita lomo negro, atento también al mirasol cuando de repente veo debajo de mis narices a un par de metros de la orilla, algo que se movía. Estaba en mal estado, parecía agonizar, convulsionaba, abría las alas y volcaba la cabeza hacia atrás y no la podia mantener levantada. Como no conseguí el número del Centro hacia allí me fui en busca de ayuda. En a cabaña de seguridad me autorizaron a pasar al Centro. Salió un muchacho con guantes quirúrgicos, a quien le comenté sobre la gallineta. Me dijo que la habían liberado esa misma mañana y que estaba bien en ese momento. Tan pronto como terminasen con la curación, la irían a buscar. Salí hacia el Canal Viamonte y cuando regresé al mirador, la gallineta ya no estaba. Tal vez la haya atacado algún predador y por eso su estado."