Claudia nos cuenta que los ñandayes estaban en el camino de los lagartos entre la cortina del cielo y los bancos de ambos lados con plantas nativas. Todo ese trayecto se llenó de ñandayes y avanzábamos al mismo tiempo. Sobre el lado derecho veo a este ñanday. Miraba el hueco y me quedé a observarlo porque me pareció muy cómico. Después empezó a sacar pedazos de corteza un poco por arriba del agujero. Luego se acercaron compañeros que lo sacaron a este y chusmeaban el interior del agujero. La sensación mía fue que recién lo encontraban y lo revisaban. Vale agregar que anidan en huecos
Claudia nos cuenta que los ñandayes estaban en el camino de los lagartos entre la cortina del cielo y los bancos de ambos lados con plantas nativas. Todo ese trayecto se llenó de ñandayes y avanzábamos al mismo tiempo. Sobre el lado derecho veo a este ñanday. Miraba el hueco y me quedé a observarlo porque me pareció muy cómico. Después empezó a sacar pedazos de corteza un poco por arriba del agujero. Luego se acercaron compañeros que lo sacaron a este y chusmeaban el interior del agujero. La sensación mía fue que recién lo encontraban y lo revisaban. Vale agregar que anidan en huecos
La disposición de los dedos es zigodáctila: dos dedos van hacia adelante y dos hacia atrás. Esto le permite agarrarse fuertemente de las ramas y manipular el alimento como si fuera una mano. Con un fruto de paraíso Melia azederach
La disposición de los dedos es zigodáctila: dos dedos van hacia adelante y dos hacia atrás. Esto le permite agarrarse fuertemente de las ramas y manipular el alimento como si fuera una mano. Con un fruto de paraíso Melia azederach
La disposición de los dedos es zigodáctila: dos dedos van hacia adelante y dos hacia atrás. Esto le permite agarrarse fuertemente de las ramas y manipular el alimento como si fuera una mano. Con un fruto de paraíso Melia azederach