Germán detectó el nido en plena construcción y nos cuenta que "encontré al burlisto armando el nido en un poste de luz. El bicho estaba llevando palitos y metiéndolos en unos agujeros arriba de todo. Fue gracioso verlo pegarse algunos palazos tratando de meter palitos muy anchos, que no pasaban por el agujero y rebotaba para atrás. Seguro había una pareja, pues en un momento los vi juntos, aunque no sé si ambos traían palitos. Venía cada 1 minuto más o menos, y luego se ausentaron por unos 5 o 10, tal vez para comer algo."
Ese mismo día Carlos también vio a ambos individuos. Al jueves siguiente cuando volvió por la mañana, esperó durante media hora, pero los burlistos no aparecieron. Le llamó la atención que había mucha actividad de abejas. En salidas posteriores los buscamos, pero no hubo noticias.

El 4 de diciembre Germán encuentra este nido en un paraíso a solo 100 metros del poste. "Hay una pareja acarreando alimento a un nido. Es en un árbol con un hueco doble. Interesante pues el poste donde lo intentaron antes, también tenía un hueco doble que usaban para entrar y salir". En visitas posteriores se vio actividad de alimentación. El 14 fue el último avistaje en el nido.

El 19 Claudia encontró en las cercanías dos pichones alimentados por los adultos y Gustavo los encontró nuevamente el 22.

Si bien el burlisto pico canela anida en huecos naturales o artificiales, arma un taza con palitos. La construcción de esta taza lleva unos 10 días aproximadamente. Coinciden las fechas como para pensar que estamos hablando de la misma pareja que desistió del hueco artificial y se decidió por este otro lugar. Con las fotos de Gustavo cerramos con éxito la historia del primer registro de nidificación de burlisto pico canela en la reserva.