Dos enjambres


Con pocos días de diferencia captamos un enjambre de abejas y uno de hormigas. Tanto abejas como hormigas pertenecen al Orden Hymenoptera y evolucionaron de las avispas (también en ese Orden). Comúnmente se le llama enjambre a un agrupamiento masivo de insectos. Sin embargo, tiene otras características que están asociadas a la función reproductiva y a la de inicio de una nueva colonia.
En el caso de las hormigas es una nube solo de machos y hembras alados que salen del nido en forma masiva para realizar la enjambrazón o vuelo nupcial. Las hormigas obreras son ápteras, no tienen alas, y no participan de este vuelo. Durante la enjambrazón copulan, tras lo cual los machos mueren y la hembra fecundada cava la cámara donde fundará la nueva colonia. Por ello, la enjambrazón se desencadena después de lluvias primaverales u otoñales abundantes cuando la tierra está blanda y facilita el trabajo de cavado de las reinas.
Hormiga
31-10-18 © J. Simón Tagtachian
Hormiga
31-10-18 © J. Simón Tagtachian
En el caso de las abejas el enjambre está formado por un grupo de abejas que se separa de una colmena existente. Se forma cuando la colonia crece demasiado en número de individuos y se genera un malestar que pone en marcha el fenómeno de la enjambrazón. Las abejas fuerzan a la reina a poner huevos en celdas que han preparado. De estos huevos nacerán nuevas reinas, una de las cuales se quedará con la colonia. La reina vieja, que ya fue fecundada, y sus acompañantes (unos pocos zánganos y obreras) abandonan la colmena cargados con provisiones de miel para unos días. Vuelan hacia un árbol cercano donde se posan y se apiñan. Permanecen allí en forma temporaria hasta que las exploradoras encuentran el nuevo hogar.
Abeja europea
28-10-18 © Javier Guillermo González