Paseando por la reserva, al parecer el sector 2 y sobre la orilla, me pareció ver algo sobre unas piedras que se encontraba a unos 100 mts. Con Rodrigo nos acercamos mientras Joan subía hacia el camino de tierra, a medida que nos acercábamos no había duda de que era un animal. Para cuando llegamos, pensamos que era una foca!

Le dijimos a Joan estando ahí arriba, que por favor avisara a alguien de la reserva, y tuvimos suerte ya que un muchacho del lugar, pasaba justo en bicicleta (hora de cierre). Él se encargó de dar aviso. La verdad no estoy seguro si se hicieron esperar, o nuestras ansias de poder hacer algo fueron mas fuertes, razón por la cual optamos por rescatarlo. Hay que reconocerlo, Joan fue el mas valiente de los tres, y no tardó demasiado en sacarse el calzado y dirigirse a la pobre cría. Con cuidado, tanto al caminar por esas piedras y esquivando algunos tarascones del lobito, pudo sujetarlo de tal manera que, cuidadosamente, lo ayudamos a subir al camino de tierra.

A los pocos minutos llegó el personal con la camioneta, que nos llevó hacia donde sería un hogar temporal para el lobito

Hasta ese momento, todo muy bueno. Pero al bajar de la camioneta, por un descuido, recibo un raspón en mi nalga derecha de lo que hubiera sido una grave mordida del animal. Para mi tranquilidad, una chica del lugar si mal no recuerdo se llama Milena, me dió los elementos para limpiarme la herida, y posterior a eso y con los agredecimientos de la gente de la reserva, mis amigos me acompañaron a la clinica donde tuve que darme la antitetánica.