30-9-18 © Cora Rimoldi

Como era de suponer el domingo 30 la reserva estaría cerrada por la tormenta del sábado. El programa era caminar por afuera y encontrar el atí que había avistado Héctor el miércoles en una de las islitas de la punta de Brasil. Y allí estaba con su gran pico amarillo escondido en el lomo. Tuvimos suerte porque se despabiló enseguida y comenzó la acción. Azuzó tímidamente a los picazos que ni se molestaron. Ante tanta indiferencia se las agarró con el pato capuchino que estaba a su izquierda. Este, sí, se hizo a un lado ante la actitud prepotente del atí. Satisfecho comenzó a acicalarse. También empezaron a caer las primeras gotas, pero….

30-9-18 © Cora Rimoldi

Queríamos ver ese dorso tricolor con las alas desplegadas y nos quedamos. Nuevamente arremetió contra los picazos que ni se inmutaron. Sin éxito alguno emprendió el vuelo. Dio un giro para posarse finalmente sobre la vara medidora. Satisfechos por haber disfrutado de ese espectáculo, emprendimos la vuelta hacia Viamonte. La última parte del video está repetido en cámara lenta.

30-9-18 © Cora Rimoldi

Volviendo a Viamonte para nuestra sorpresa nos pasó y nos dio otra demostración. Volaba con un aleteo enérgico en forma ondulante dejándose caer al agua y retomando altura. Claramente estaba de pesca. Llegó a picar el agua en una oportunidad, pero no vimos que atrapara algo