Novedades - Febrero 2012
Desde hace
Migración (Ver a pantalla completa. Primer icono a la derecha de la barra de herramientas)
Estábamos llegando a la cancha de cemento cuando pasó a baja altura un grupito de seis tijeretas al que no alcancé a ver. Iban con rumbo norte. Un instante después un frente de varias tijeretas asomó por las copas de los árboles. Volando a esa altura esquivaban y se entremezclaban con las palomas, las golondrinas y demás aves. En forma más o menos desordenada se encarrilaban hacia el norte y las perdíamos de vista. Y aparecía otra ola y otra más y así siguieron las tandas con decenas de tijeretas cada vez. Estábamos maravillados por la cantidad que iban desfilando. Era un festín. Algunas se posaban por un ratito en algún árbol y retomaban el vuelo con ese grupo o con el siguiente. Proliferaban las colas más cortas de hembras y juveniles (18 cm) frente a la larga cola de los machos (34 cm), diferencia de tamaño apreciable. Varios machos tenían una de sus timoneras rotas. Uno fue filmado durante su detención. Semejante flujo de individuos no daba para pensar otra cosa que en la migración. En la ruta al sur los grupos se fueron dispersando del tronco principal y ahora vuelven a congregarse en el viaje de vuelta reuniéndose en dormideros preferidos. En cantidades mayores porque se agregan los juveniles que nacieron acá. Acaso, es Costanera uno de esos sitios preferidos? Por mi parte es la primera vez que veo la migración de las tijeretas en Costanera. Claro, que es una ventana de tiempo tan pequeña que hay que estar en el momento justo y lugar adecuado para presenciarlo.
Hay cuatro subespecies de tijeretas con comportamiento migratorio distinto. La que llega a la Argentina (Tyrannus savana savana) viene del extremo norte de Sudamérica y es la de mayor alcance. Hay otra de migración parcial y dos que son residentes.
Tyrannus savana savana llega en setiembre-octubre a pasar el verano. Aquí se reproduce y se vuelve en febrero-marzo para pasar el invierno austral. El primer registro fotográfico del año pasado en Costanera fue en octubre. Hoy, lunes 20 de febrero las vimos partir.
El chotoy aparecía de vez en cuando por Costanera. En octubre pasado apareció, se quedó y nidificó. Durante ese tiempo era difícil fotografiarlo porque se movía subrepticiamente para no ser descubierto. Aquí en cambio, todos apreciar en su totalidad a este familiar del hornero. Cola larga terminada en dos espinas. Corona y hombros rufos. Barba amarilla y garganta negra con blanco a los costados.
Aves non gratae
Entre las especies de aves presentes en Costanera el carancho y el caburé son dos de las aves no muy queridas porque predan aves. Por lo tanto, las aves saben el riesgo que corren cuando andan cerca y toman medidas de acción que no son iguales para ambas.
Al carancho lo acosan en forma solitaria o en pareja la calandria (25 cm) y la tijereta (38 cm) además de otras aves. Embisten contra él en forma repetida hasta que logran echarlo. Lo persiguen e incluso le tiran picotazos en pleno vuelo. Resulta cómico ver cómo un carancho con su tamaño es perseguido por un ave tanto más pequeña.
A diferencia del carancho el caburé es pequeño en tamaño (15 cm) y es acosado por varias especies a la vez. La actitud del caburé es "yo de acá no me muevo". Se mantiene impertérrito en su lugar. Se genera un revoloteo a su alrededor con insistentes gritos. Una suerte de escrache tan bullicioso que sirve de indicio a los observadores para encontrarlo.. Por su pequeño tamaño y su color críptico no es fácil localizarlo en un árbol.
En este caso había un chiví común, un arañero cara negra, un fiofío pico corto, un benteveo rayado (que no aparece en el video), tres tacuaritas y unos cuantos picaflores (seguro vimos al comú;n hembra). Todos sonaban muy alterados. La bola emplumada que asoma por debajo de la rama es la presa de las fotos superiores. La sostiene con su garra y se queda estático sólo girando su cabeza ante los vuelos rasantes de las aves. Ninguna lo ataca. Sólo ejercen presión volándole muy cerca. En cierto momento se corre a otra rama y permanece ahí por largo rato hasta que se va.
El palo borracho Ceiba speciosa de la entrada de Viamonte está cargado de flores. Un deleite para nuestros ojos y una nutritiva fuente de alimentación para los picaflores. Ahí estaban un picaflor bronceado, un picaflor común hembra (con ventral grisáceo) y después apareció un picaflor común macho. El picaflor bronceado defendía de los competidores lo que consideraba su árbol. Apenas lo divisaba se le abalanzaba para echarlo. El intruso reaccionaba escapando. El bronceado lo escoltaba para asegurarse de que dejaba las proximidades. Éxito pasajero para el bronceado porque al ratito nomás el competidor estaba de vuelta y vuelta a empezar. Y cuando apareció el macho eran dos flancos que tenía que cuidar. El movimiento de los picaflores es tan rápido que se lograron rescatar solo estas escenas. Se alcanzan a ver dos persecuciones.
2 de febrero - Día de los humedales |
Este día en 1971 en Ramsar, Irán, se firmó un tratado sobre los humedales que establece un marco para la conservación y sostenibilidad de sus recursos. Se tomó esta iniciativa por la alarmante disminución en número de aves acuáticas en las costas de Europa debido a la degradación o destrucción de los humedales. Entiende por humedales a extensiones donde el elemento agua es primordial y su régimen (aguas permanentes o temporales, estancadas o corrientes, etc.) define la estructura y funciones ecológicas del espacio. Argentina se une a la Convención el 4 de setiembre de 1992. El primer sitio Ramsar es el Monumento Natural Laguna de los Pozuelos. Reserva Costanera es el número 14 y fue incluido en la lista el 22 de marzo de 2005. En la actualidad Argentina tiene 20 sitios en la lista. Unirse a la Convención implica un compromiso por parte del gobierno nacional para trabajar activamente en asegurar la conservación y uso sostenible del área designada. |